Megaoperativo contra los negocios que “Guille” Cantero dirigía desde la cárcel: su banda había secuestrado al hijo de un empresario

La Justicia provincial y federal ordenaron procedimientos en conjunto. Hay unos 10 involucrados. Muchos de ellos, ya estaban presos. Los acusan por venta de drogas, balaceras y extorsiones. La guerra narco en el barrio Godoy.

Megaoperativo contra los negocios que “Guille” Cantero dirigía desde la cárcel: su banda había secuestrado al hijo de un empresarioAllanaron la celda de Guille Cantero en Marcos Paz.

Un megaoperativo con 46 allanamientos y cerca de 10 detenidos se llevó a cabo en Rosario y en Buenos Aires, de forma simultánea. Fueron ordenados en una causa que agrupa drogas, un secuestro, extorsiones y balaceras ordenadas por Ariel Máximo Catero, alias “Guille”, el líder de la banda de Los Monos, desde prisión. Uno de los procedimientos se ejecutó en la celda del jefe narco en el penal de Marcos Paz.

En la causa intervienen la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de Rosario, a cargo de Matías Edery y Luis Schiappa Pietra; la Procunar, a cargo de Diego Iglesas; el UFESE de Santiago Marquevich; la fiscalía Federal 2 de Rosario, bajo la dirección de Claudio Kishimoto y el Juzgado Federal N°3 de Carlos Bera Barros. La mayoría de las personas fueron detenidas en situación de encierro, pero también en Villa Gobernador Gálvez y los barrios Triángulo y Godoy.

Entre los detenidos están Leandro “Pollo” Vinardi y Pablo Nicolás Camino, dos pesos pesados del crimen organizado en la ciudad santafesina. Según la investigación, el líder de Los Monos daba las órdenes desde el penal, que coordinaba con sus cómplices en la cárcel de Piñero. Cantero fue condenado este jueves a 22 años de prisión por instigar los atentados a la Justicia en 2018.

Lo incautado

Fuentes del caso indicaron que en el operativo se secuestraron dos tablets, 16 celulares, dos motos, un auto, más de mil dosis de cocaína, documentación hallada en una caja fuerte y armas: un rifle de aire comprimido cal. 5.5 con mira telescopica, marca shilba japonesa; una pistola semiautomática Beretta Modelo 950 calibre 6.35mm, una Glock 26 calibre 9 mm y municiones de diversos calibres. En tanto, brigadas de Delitos Complejos de Rosario, la Unidad Federal de Investigaciones Especiales (DUFIE) y la División de Secuestros de la PFA llevan a cabo el procedimiento.

La Policia secuestró drogas en la celda de Vinardi, cómplice de «Guille» Cantero.

Una de las causas que guiaron el megaoperativo se originó tras unir datos de diferentes investigaciones que daban cuenta de una guerra narco que se había desatado en los últimos meses en el barrio Godoy, dominado por un grupo vinculado a Esteban Lindor Alvarado. Los fiscales notaron como la fotografía de la zona se fue modificando mes a mes, por un contexto cada vez más violento con homicidios, extorsiones y balaceras, tras el crimen de Nicolás Marcelo “Fino” Ocampo, hombre de confianza de ese capo narco, en abril de este año.

A partir de intervenciones telefónicas, los detectives detectaron la aparición de una nueva figura en el barrio: la de Camino, quien ejecutó la violencia criminal por orden del jefe de Los Monos -también apodado por los miembros de la banda como “Loco”- y Vinardi, su mano derecha en Piñero.

La misma estructura ejercía la venta de droga en la ciudad de San Lorenzo, a través de Marcos Jeremías Mac Caddon, alias “Pato”, también encargado de disputar puntos de venta en ese territorio a Alvarado.

Secuestro extorsivo
Al mismo tiempo, existen evidencias de la concreción de un secuestro extorsivo de Franco Martins, el hijo de un empresario, que comenzó en Arroyo Seco y finalizó en Villa Gobernador Gálvez, una contienda encomendada a Nicolás “Gordo Niko” Avalle, asociado a “Guille” y subordinado de Vinardi.

Martins fue secuestrado el 23 de julio, cerca de las 23 hs., en la calle Baigorria al 600, a donde llegó en un auto para comprar marihuana junto a un amigo. Cuando se bajó del vehículo, fue interceptado por un vehículo, del que descendió una persona uniformada que gritó: “Alto policía”. Al mismo tiempo, otro hombre lo soprendió por detrás y lo golpeó en la cabeza con un arma.

Luego, lo mantuvieron cautivo por dos horas en un lugar desconocido, donde escuchó las voces de dos mujeres, mientras mantenían comunicaciones extorsivas con los pades de la víctima a los que se les exigió 100 mil dólares como rescate. Finalmente, aceptaron 10 mil dólares y algunas joyas a cambio de liberar a Martins. El dinero fue entregado en el “Puente Cargill”, a metros de la intersección de las calles Magallanes y Río Paraná.

Durante el tiempo que permaneció cautivo, los secuestradores agredieron ferozmente al rehén a golpes de puño y objetos contundentes como armas de fuego. Lo que provocó excoriaciones múltiples, fractura en el radio de la mano derecha, fractura en el codo del brazo izquierdo y lesión en el dedo índice de la mano izquierda, por lo que la víctima debió ser intervenida quirúrgicamente.

«Guille» Cantero en el juicio por asociación ilícita. Detrás, su hermano «Monchi».

Fuentes de la investigación indicaron que el secuestro fue planeado por las personas que le vendían droga al joven: Pablo Pascua, que se encontraba detenido en Coronda, y su novia, Virginia Malvestitti, que seguía sus directivas desde el punto de venta en Arroyo Seco. Según detallaron, le debían dinero a Los Monos y, por esa razón, entregaron a Martins a la organización, en este caso, toda la maniobra estuvo a cargo de Avalle -también conocido como “Dibu”- desde el penal de Piñero. Los tres fueron apresados durante el megaoperativo.

Según las fuentes, Cantero y Vinardi debieron estar a tanto del secuestro, debido a que en la zona todo es supervisado y aprobado por el dúo, por lo que sus nombres figuraban en las órdenes de detención, junto al de otras personas que cumplieron diferentes roles en el rapto.

En la investigación, los agentes que intervinieron las líneas de otros miembros de la organización que participaron del secuestro, detectaron comunicaciones sobre otros “trabajos”. “Venite que tenemos que pintar tres lugares, dos carnicerías y una estación”. Hacían referencia a la extorsión mediante balaceras que ya son habituales en la noche de Rosario.

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