Los sondeos de intención de voto en Brasil indica que el 86% de los electores ya tienen decidido su voto. Lula da Silva podría imponerse en primera vuelta.
Brasil ya entró en la recta final en la carrera hacia el Palacio da Planalto y el presidente Jair Bolsonaro y el dos veces mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, protagonizarán en la noche de este jueves el último debate presidencial antes de que se abran los centros de votación el próximo domingo.
El presidente en funciones y el ex presidente irán por el voto de los indecisos que, según los últimos sondeos, alcanza apenas al 14% del padrón electoral, pero pueden marcar la diferencia entre la necesidad de disputar una segunda vuelta electoral o no.
Luiz Inácio Lula da Silva.
El referente de ultraderecha busca la reelección con el apoyo de los líderes evangélicos y empresariales, pero en los sondeos se ubica muy por detrás del ex presidente izquierdista, que podría llegar al poder por tercera vez y, de acuerdo a todos los sondeos de intención de voto, sin necesidad de disputar un balotaje.
El debate, televisado por TV Globo es visto como la última gran oportunidad de los candidatos para atraer votos, a tres días de la primera vuelta.
Según la última encuesta del Instituto Datafolha publicada el jueves pasado, Lula da Silva tiene 47% de las intenciones de voto frente a 33% de Bolsonaro.
Considerando apenas los votos válidos (sin blancos ni nulos), Lula reúne 50% de los apoyos, porcentaje mínimo para obtener una victoria en primera vuelta. El 86% del electorado ya decidió su voto, según la encuesta.
Datafolha publicará un nuevo sondeo este jueves antes del encuentro televisivo, el segundo que enfrentará a Bolsonaro y Lula y a otros cinco candidatos tras el celebrado el 28 de agosto.
Las estrategias de uno y otro
«Es el debate que puede cambiar el escenario», dijo confiado una fuente de la campaña de Bolsonaro, candidato del Partido Liberal (PL).
Colaboradores del presidente esperan que Bolsonaro adopte un tono agresivo frente a Lula, atacándolo por los escándalos de corrupción destapados durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) (2003-2016) y llevándolo al terreno de los valores conservadores que defiende el mandatario, como la religión y el no al aborto.
Para Lula, quien busca regresar al Palacio del Planalto tras haber gobernado Brasil entre 2003 y 2010, salir airoso del debate podría darle un empujón final para consagrarse presidente el domingo. «Nos sentimos confiados, aunque preparados para la segunda» vuelta, dijo una fuente de la campaña del PT, bajo condición de anonimato.
La campaña de Lula llamó a los brasileños al «voto útil» ya en la primera vuelta, para intentar capturar votos de otros candidatos más relegados en las encuestas, como el centroizquierdista Ciro Gomes (7% de la intención de voto) y la senadora Simone Tebet (5%).